Julián Espinosa, alumno de cuarto curso de secundaria de nuestro centro, ha superado con éxito el exigente proceso selectivo que le va a permitir realizar el primer curso de bachillerato en Canadá.
Las becas que concede la fundación de Amancio Ortega, fundador del imperio INDITEX, suponen un reto para quienes aspiran a conseguirlas: incluyen exámenes sobre conocimientos, idiomas, entrevistas personales, etc. Con los dedos de la mano se pueden contar los extremeños que las han obtenido para el curso que viene y me enorgullece poder confirmaros que entre ellos está uno de nuestros estudiantes.
“¿Qué le puede llevar a alguien a querer enfrentarse a este tipo de desafíos? “ es la pregunta que me asaltó cuando Julián, casi avergonzado, me anunció al final de una clase que había sido seleccionado para dicha beca.
Abandonar la tan popular zona de confort en la que se ha estado moviendo (su familia, amigos, el instituto,…) para viajar a varios miles de kilómetros y estudiar y convivir durante un curso académico completo en una ciudad con otro idioma, otro clima y por qué no, otra forma de pensar, más allá de recordar un anuncio de cierta marca de café, esconde detrás una enorme muestra de madurez y un apoyo familiar sin fisuras.
Si pienso en sus padres, puedo imaginar que tendrán sentimientos encontrados: la alegría por la oportunidad que supone para Julián y el reto que significará para todos en la casa al no verse físicamente en todo un curso escolar (Julián no viajará a España en todo este tiempo y su familia no podrá visitarle mientras esté allí). Y lo mismo sucederá con sus otros dos hermanos, también estudiantes de nuestro instituto.
Si reparo en Julián y en lo que va a hacer, quizás sea una buena lección de esas que no vienen en los libros, para aquellos sectores de la sociedad que se empeñan en tildar con toda clase de adjetivos descalificativos a nuestros adolescentes. Julián es una buena muestra de ello pero ni mucho menos la única: tres de nuestras alumnas de cuarto curso de secundaria están en lista de espera para poder acceder también a dicha beca, varios de nuestros estudiantes colaboran desinteresadamente como voluntarios con asociaciones en la ciudad, otros tantos asisten a clase y estudian mientras cuidan en casa de sus hermanos, padres o abuelos, etc, cientos de historias personales de superación, unas en lo académico y otras en lo personal que merecen nuestro reconocimiento y de las que somos testigos silenciosos quienes nos dedicamos a la docencia.
Disfruta Julián de lo conseguido, aprende mucho y enriquécete como persona, te estaremos esperando cuando vuelvas para contarnos tu experiencia.
¡Enhorabuena Julián!
Por cierto, si te interesa este tipo de becas, aquí te dejo la información al respecto. Fundación Amancio Ortega.
Rafael González Jiménez, Prof. dpto. Matemáticas.